El café es una de las bebidas más populares y consumidas en el entorno. Ya sea un capuccino, mocha, espresso, macchiato o frappé, su aroma y sabor nos cautivan en todas sus presentaciones. El café es el compañero ideal para disfrutar en cualquier momento del día, ya sea en las mañanas, después del almuerzo o incluso por la noche. Esta deliciosa bebida nos proporciona energía y mejora nuestro estado de ánimo. Sin embargo, surge la pregunta: ¿a qué temperatura se debe tomar el café? ¿Es mejor caliente o frío?
Beneficios del café frío
Aunque el café generalmente se consume caliente, muchos desconocen que una taza de café frío puede ser más saludable. A una temperatura más baja, el café tiende a ser menos ácido, lo que ayuda a mantener el esmalte natural de los dientes y mejora el funcionamiento del sistema digestivo. Según un estudio realizado por la Universidad de Birmingham en Gran Bretaña, beber café frío en cantidades moderadas puede proporcionar cualidades hidratantes similares a las del agua.
Andrés Toledo, profesor y barista de la escuela Arte y Pasión Café de Bogotá, afirma que todo comienza con el proceso de tostado del café. Cuanto más caliente esté el café, menos cafeína tendrá. Por lo tanto, si se consume frío, tendrá un mayor efecto en nuestro organismo, ya que las propiedades se mantendrán intactas y la esencia del grano no se deteriorará tanto.
Según Toledo, el café filtrado, negro y frío tiene un mayor poder para activarnos en momentos de somnolencia y tristeza. Además, asegura que el café frío es un antioxidante que retarda el envejecimiento y una buena opción para eliminar toxinas del cuerpo. Por lo tanto, se recomienda tomar café frío sin agregar azúcar y en una temperatura templada (alrededor de 75º), sin sobrepasar el punto de ebullición. Según Toledo, el café perfecto varía según los gustos personales, pero en general, no se debe consumir más de cuatro tazas al día.
El café frío y sus características sensoriales
Mauricio Romero, Campeón Nacional de Baristas 2016, señala que al disminuir la temperatura del café, las notas dulces y ácidas se realzan. El café frío tiene un mayor nivel de concentración, ya que al tostar los granos a altas temperaturas se pueden quemar los nutrientes de la materia prima. Por lo tanto, el café frío ofrece una experiencia sensorial única y diferente al café caliente.
Si estás interesado en probar café frío, puedes visitar lugares especializados como Café 18, donde Romero fabrica nuevas preparaciones para el consumidor que ofrecen experiencias sensoriales innovadoras. Uno de los métodos más populares para preparar café frío es el cold brew, que implica una extracción lenta con cubos de hielo y un proceso de destilación por goteo. Esto resulta en un café con mayor potencia debido al tiempo de contacto entre el agua y el grano.
Según Romero, el café frío es equiparable a un energizante natural que funciona como diurético, previene enfermedades como el Alzheimer y el Parkinson, y mejora el sistema circulatorio. Además, para los estudiantes, el café frío puede ser una buena alternativa, ya que facilita la concentración y ayuda a retener mejor la información.
El café frío puede ser una opción saludable y deliciosa para disfrutar en lugar del café caliente. A una temperatura más baja, el café es menos ácido y puede ofrecer beneficios para el esmalte dental y el sistema digestivo. Además, el café frío conserva mejor las propiedades y la esencia del grano, lo que puede tener un mayor efecto estimulante en nuestro organismo. Si estás buscando una experiencia sensorial diferente, el café frío puede ser una excelente opción. No dudes en probarlo en lugares especializados donde podrás encontrar diversas preparaciones y métodos de extracción.